Golpe, golpe y nace la música
que acompaña tu mirada,
y me atraes.
Vengo desde la primavera,
me das tu luz
y estos golpes que conviertes en melodía.
Me das la bendición de este instante,
espíritu de tu tierra,
lo aprisiono para que me proteja,
cuando no esté tu mano ni tu saludo.
Armo mi corazón que ha caído,
pedazo por pedazo con cada sonido
de tus ojos.
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