Lo que no se publica no existe ,decía un viejo fotógrafo. Comparto imágenes de ciudades y pueblos que no son miradas como íconos de ellas, pero existen las tomo y les agrego palabras. Son un pretexto...para que no falten las palabras, como decía la Tía Elena.
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sábado, 6 de abril de 2013
Vestido rojo
Hace veinte años pudo haber sido. El baile como cencerro de llaves ablanda la memoria. Él la recordó con su vestido rojo. Ella no recordaba porque no vio la mirada.
Durante ese tiempo la vida sucedió, acaeció solamente. Caminó,
harta de las veredas y las calles que engullían los días. Siguió con sus ceremonias, vistió azul, negro, ceniciento atuendo. Y hubo abrazos que desprotegieron y un sinnúmero de confusiones. Hubo arpegio de nacimientos y sonrisas, padres muertos y un amor que llegó tarde.
Siguió sin sonetos, sin lágrimas.
Volvió el baile y él recordó un vestido enamorado y ella recordó el cuerpo amoratado y los cegados ojos. Apuñaló la nostalgia y el tiempo que nunca murió pero fue en vano . Decidió regalarse ese recuerdo, cortó la luna en pedacitos y se la arrojó para que él la sienta con el vestido rojo.
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