Desde estas líneas diferentes
que se encuentran
en un punto
y atada al abismo
que construyes,
dejo que los gorriones
vuelen
y dibujen escaleras
para no caer.
Y en el abismo queden
tus ojos y dos lágrimas
la desazón que te duele
y me duele
y pueda tu boca
musitar o gritar,
vencer la pétrea profundidad
y engendrar un poema.
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