Los pescadores dicen que el río que ya no puede leerse porque se ha convertido en otro.
Desde la tierra que se ha ganado, desmontado árboles y casitas, un atardecer, un muelle que mira a Encarnación, la ciudad paraguaya a la noche. En este tiempo
los chivatos florecen y derraman sus colores en los empedrados , Andresito cuida un río que ya no tiene las mismas palabras. Posadas se abre al sol y espera el atardecer como refugio a tanta pasión.
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