Me esperas en esa calle,
no podría ser otra.
Ahí nos arrojaron por un tiempo,
cuando se cortaron los hilos,
buscamos las palabras,estuvo la vida
y la poesía como un ojo
que echaba luz.
Desde la derrota, la memoria
y la quietud me eliges;
desde los restos, horarios desordenados
y los colores rotos, te elijo.
Sentimos ausencias y olvidos.
Ahora,
en pedazos sin vacilar, te cruzas
corremos a la calle, decididos a no perdernos.
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