El desnudo puebla y mira
me indica que existo.
Silueta tiesa -ahora-
breve en el horizonte
recorta la tardecita
o la madrugada.
Me absorbe desde la ventana
sólo mira y me nombra,
a veces, se lanza quieto
desbarata las palabras amarillas,
se deshace de sus ropas
y arranca las mías.
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