Dos noches del regreso y aún no sabía al
despertar dónde estaba. Había amanecido pensado en las fotos que podría haber tomado y
aún creía que podía hacerlo. Un detalle
con desenfoque, unos balcones con
banderas argentinas y malvones de la plaza Jaume, callecitas que seguían las
líneas de Arissa, los zapatos de bailaor de flamenco, el castillo lastimado de
Cabezo de Torre, los techos del Casino real de Murcia, las parejas de la mano,
los niños en las plazas, el inglés que quería pensar en español. Esa foto en
chiaroscuro no seguía la línea que había
elegido, seguía otra luz. Luz Rembrandt. Claro y oscuro.¿ Cuál sería el
conflicto del cuento?.
En el algún lugar del
Barrio Santa Cruz......Era un inglés errante. Hablaba hasta con los pájaros, él
era uno, tenía sus propias alas, había aprendido a observar a las aves y las
emulaba. Ellas suelen equilibrar sus alas acercándose al calor, el español era su temperatura, su
equilibrio. Michel pensaba que tenía
talento de hablar con pájaros, peces y personas.
El personaje perfecto para un relato y no encontraba el
conflicto para acompañar la foto.
Él era un relato, un hombre en su laberinto que intentaba
leer en voz alta, en español, un cuento donde la luz es agua o una bella
durmiente que enamora a un pasajero que no es un príncipe. Y sin embargo, esa
tarde la maestra de español le lee el
relato, no comprende mucho pero le dice que lee bonito. Alguna vez escuchó que
el amor es el oído primero. La voz en español que lee. Por un momento se ha
olvidado de los clientes apresurados y agitados, los números de las operaciones
que pesan, por un momento ha olvidado a Cathy y su “ I love you”
Un laberinto, un
hombre en un laberinto con la posibilidad del hilo en forma de palabras en
español. Y si pensar en otro idioma era ser otra persona de alguna manera, otro
que sienta bullir mariposas en el punto exacto que cree adormilado? Lo de Cathy se ha acabado, se ha detenido y
sin embargo, el bullir de las mariposas es algo que extraña. Tal vez errar
tiene que ver con eso, es un hombre de negocios pero ésa no es la razón de
tanto camino. Tanto itinerario convierte la
casa en el mar en casa de vacaciones.
Todos llevamos
cadenas, él lleva su compendio de palabras en español y ha encontrado una
maestra en el Barrio de Santa Cruz. Ella ha agregado la palabra bullicio en su
diccionario, va repitiendo su nombre por
la calle de la Luna. Su solo nombre le desbarata las alas.
Todos los
encantamientos tienen un fin, su gesto de amor es advertido, la maestra decide
que es un buen momento para irse a su pueblo. Fugar es la solución. Resignado
la acompaña, lleva su maleta y toda su tristeza en ese peso. Alcanza a saludarla,
se da vuelta encuentra sus ojos y le dice:
-We are in Granada -
comienza a marcharse y alcanza a
escuchar o lo imagina,
-Tal vez…..
Mientras mide las palabras del cuerpo a la sonrisa que
saluda, no entiende pero suena bonito su inglés con acento español.
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